Al cuestionar nuestra realidad solemos darnos cuenta que el éxito externo no significa nada al no ser que tengamos éxito interno. El cuidado y control de la propia mente-lenguaje, emociones, cuerpo y espíritu son esenciales para encontrar el «yo» elevado y vivir la vida que soñamos desde la generación de relaciones de valor con nosotros y con los demás.

Solo cuando logramos dominar el arte del amor propio podremos amar a los demás y, ese amor personal lo logramos en la forma en que interpretamos y procesamos cada una de las circunstancias de nuestra vida, sin importar lo que nos ocurra en la vida, dado que siempre tendremos la capacidad de elegir nuestra reacción «no hay errores en la vida, sólo elecciones» en todo hay una elección para aprender que permite estimular nuestro mundo interior y exterior.